Los Autonautas: Un viaje, una despedida y la continuidad
En la sinfonía de la literatura y el asfalto, Julio Cortázar y Carol Dunlop, la Osita, tejieron un relato que va más allá de las páginas de 'Los Autonautas de la Cosmopista'. Los Autonautas: Un viaje, una despedida y la continuidad. Esta obra no solo es un testimonio de un viaje por la autopista francesa, sino también un reflejo de la conexión única entre dos almas creativas. A través de la pluma vanguardista de Cortázar y el lente de 'la Osita', exploraremos la dualidad de esta travesía literaria y vital que dejó una huella imborrable en la historia de la literatura y en la memoria de quienes se aventuran a recorrer sus páginas.
Los autonautas de la cosmopista. Fragmento parte final
Post-scriptum, diciembre de 1982.
Lector, tal vez ya lo sabes: Julio, el Lobo, termina y ordena solo este libro que fue vivido y escrito por la Osita y por él como un pianista toca una sonata, las manos unidas en una sola búsqueda de ritmo y melodía.
Apenas terminada la expedición, volvimos a nuestra vida militante y partimos una vez más a Nicaragua donde había y hay tanto que hacer. Carol reanudó allí su trabajo de fotógrafa mientras yo escribía artículos para mostrar en todos los horizontes posibles la verdad y la grandeza de la lucha de ese pequeño pueblo que infatigablemente continúa su viaje hacia la dignidad y la libertad. También allí encontramos felicidad, ya no solos en los paraderos del París-Marsella sino en el contacto cotidiano con mujeres, hombres y niños que miraban como nosotros hacia delante. Allí la Osita empezó a declinar, víctima de un mal que creímos pasajero porque en ella la voluntad de la vida era más fuerte que todos los pronósticos, y yo compartía su coraje como siempre compartí su luz, su sonrisa, su enamorada vivencia del sol, del mar y de la esperanza en un futuro más hermoso.
Volvimos a París llenos de planes: terminar juntos el libro, dar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense, vivir, vivir todavía más intensamente. Siguieron dos meses que nuestros amigos llenaron de cariño, dos meses en que rodeamos a la Osita de ternura y en que ella nos dio cada día ese valor que nos iba abandonando. La vi emprender su viaje solitario, donde yo no podía ya acompañarla, y el 2 de noviembre se me fue de entre las manos como un hilito de agua, sin aceptar que los demonios dijeran la última palabra, ella que tanto los había desafiado y combatido en estas páginas.
A ella le debo, como le debo lo mejor de mis últimos años, terminar solo este relato. Bien sé, Osita, que habrías hecho lo mismo si me hubiera tocado precederte en la partida, y que tu mano escribe, junto con la mía, estas últimas palabras en las que el dolor no es, no será nunca más fuerte que la vida que me enseñaste a vivir como acaso hemos llegado a mostrarlo en esta aventura que toca aquí a su término pero que sigue, sigue en nuestro dragón, sigue para siempre en nuestra autopista.
Link del fragmento: https://www.poemas.ar/
ANÁLISIS
En "Los Autonautas de la Cosmopista", Julio Cortázar nos invita a compartir una experiencia única y significativa, mezclando la realidad del viaje con la poesía de la vida. En el post-scriptum de diciembre de 1982, el autor nos sumerge en el trasfondo de este relato vivido y escrito a dúo con su esposa, Carol Dunlop, a quien cariñosamente llama la Osita.
Tras la expedición, la pareja regresó a la vida militante, embarcando en una nueva aventura en Nicaragua. Mientras Cortázar escribía para dar voz a la lucha de un pueblo, la Osita retomaba su labor como fotógrafa. La felicidad los encontró en el contacto diario con quienes compartían su visión de un futuro más hermoso.
La narrativa toma un giro al mencionar la declinación de la Osita, víctima de una enfermedad que inicialmente subestimaron. Cortázar comparte su último adiós, describiendo los dos meses de amor y ternura que rodearon a la Osita antes de su partida el 2 de noviembre. La resistencia y el coraje de la Osita se reflejan en su lucha contra los demonios, que culmina con su partida como un "hilito de agua".
La obra revela la deuda de Cortázar hacia la Osita y su compromiso de concluir solo el relato. El autor reconoce que la autopista de la vida continúa, perpetuando la esencia de su viaje compartido. Esta narración no es solo un testimonio de un viaje en carretera, sino una exploración de la vida, la muerte y la persistencia en el legado.
En este relato íntimo y conmovedor, Cortázar se despide de la Osita, pero su presencia perdura en cada palabra. "Los Autonautas de la Cosmopista" no es solo un viaje físico, sino una travesía emocional que invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida, la resistencia ante la adversidad y la perennidad de la memoria en la autopista de la existencia.
TRAS LAS HUELLAS DE JULIO CORTÁZAR Y CAROL DUNLOP EN SU VIAJE DE VIDA
Julio Cortázar, el renombrado escritor argentino, y Carol Dunlop, su esposa y colaboradora a quien cariñosamente llamaba la Osita, dejaron una huella indeleble en la literatura y la vida misma. "Los Autonautas de la Cosmopista" es más que un relato de viaje; es un testimonio de su conexión, su resistencia ante la adversidad y su amor por la vida.
JULIO CORTÁZAR: EXPLORADOR DE PALABRAS Y CAMINOS
Julio Cortázar, nacido en Bruselas en 1914, se destacó como uno de los grandes exponentes del realismo mágico y la narrativa experimental. Su obra, que incluye clásicos como "Rayuela" y "Bestiario," desafía las convenciones literarias, explorando nuevas formas de expresión.
En "Los Autonautas de la Cosmopista," Cortázar se embarca en una expedición por la autopista que conecta París con Marsella. Su estilo único y su capacidad para entrelazar la realidad con la fantasía se manifiestan en cada página, convirtiendo el viaje en una experiencia literaria inolvidable.
Carol Dunlop: La Osita, Compañera de Viaje y Vida
Carol Dunlop, la Osita, no solo fue la esposa de Cortázar, sino también su compañera de aventuras y colaboradora creativa. Fotógrafa talentosa, su mirada capturó la esencia de los lugares que exploraron y las personas que conocieron durante su travesía por la autopista.
Aunque su labor como fotógrafa es destacable, la Osita también compartió el compromiso de Cortázar con causas sociales. Después de la expedición, se unieron a la lucha en Nicaragua, donde ella retomó su labor fotográfica mientras él escribía para dar voz a un pueblo en búsqueda de dignidad y libertad.
El Viaje y la Despedida
El relato toma un giro emotivo al describir los últimos días de la Osita. La pareja regresa a París con planes de concluir juntos el libro y de donar sus derechos de autor al pueblo nicaragüense. Sin embargo, la enfermedad se hace presente, y la Osita inicia su viaje solitario el 2 de noviembre.
El autor rinde homenaje a la valentía de la Osita, quien desafió a los demonios hasta el último momento. Su partida se convierte en un momento de reflexión sobre la fragilidad de la vida y la perennidad del legado.
Legado y Continuidad
A pesar de la partida física de la Osita, Cortázar enfatiza que la autopista de la vida continúa. Su compromiso con la historia, su amor por la vida y su resistencia perduran en cada palabra de "Los Autonautas de la Cosmopista", recordándonos que el viaje es eterno, y la memoria persiste en la autopista de la existencia.
CONCLUSIÓN
Julio Cortázar y Carol Dunlop tejieron una historia que va más allá de las palabras. "Los Autonautas de la Cosmopista" no solo es un viaje por carretera, sino un viaje de vida que invita a explorar la creatividad, la resistencia y el amor que perduran en la autopista de nuestras propias experiencias.
Reflexión
La historia de Julio Cortázar y Carol Dunlop nos invita a reflexionar sobre la importancia de vivir con pasión, autenticidad y compromiso. Su viaje compartido por la autopista de la vida nos recuerda que la felicidad se encuentra en los momentos simples, en la conexión con los demás y en la búsqueda de un futuro mejor.
Llamado a la acción:
Te invito a leer "Los Autonautas de la Cosmopista" y a embarcarte en tu propio viaje de autodescubrimiento. Explora tus pasiones, conecta con las personas que te inspiran y lucha por un mundo más justo y equitativo. Recuerda que la autopista de la vida es un camino sin fin, lleno de oportunidades para crecer, aprender y amar.